Nunca uso lista para ir al súper. En primer lugar, porque como soy yo la que cocino y lavo, tengo idea de qué necesito. Entonces voy haciendo las compras como paseo. El problema es cuando alguien me pide algo y allí sí no me ayuda la memoria. Tal vez no guardo los encargos en el mismo lado de las necesidades y se van a pasear.
Recordar cosas es parte de una salud mental que se va perdiendo. Quisiera pensar que se puede ejercitar y por eso no llevo listas, para acordarme por mí misma. Pero entiendo que hay cosas inevitables y llegará el momento en que olvide cómo se dice algo en cualquiera de los seis idiomas que hablo. Ese día fue ayer, porque se me olvidan cosas a cada rato. No sé cómo me voy a dar cuenta que estoy perdiendo la memoria.
Envejecer es un proceso de entregar control. Como cuando éramos niños. Tal vez por eso infantilizamos a los ancianos, olvidando nosotros que ellos tienen una vida detrás sobre la cual han construido lo que ahora olvidan. Alguna vez usaré una lista para ir al súper. O no.