Saber qué quiere decir

Detesto usar diccionarios cuando leo porque me saca del mundo en el que estoy. Prefiero inferir el significado del contexto. Siempre tengo una idea adecuada. No siempre una exacta. Pero también así aprende uno a entender a los demás.

El lenguaje es lo que verdaderamente nos distingue de otros seres. Aunque ahora que lo pienso, muchos animales tienen formas complejas de comunicación, que no entendemos y para las cuales no hay diccionarios. Pensándolo mejor, aún hablando el mismo idioma hay espacio para no entender.

Comprendernos es más interesante que seguir la lectura sin parar. Allí no me importa perder la aviada. Prefiero tomarme el tiempo.

Las olas

La vida es un océano (ya sé, ya sé, cliché trilladísimo). Pero es cierto que es un océano en el que no se distingue el agua de las olas aunque se puedan describir con sustantivos diferentes. La vida es tiempo y vivencias y uno es la sustancia de las otras.

Cuando crecemos, creemos que el tiempo pasa lento y en estas alturas de mi vida, se me va demasiado rápido. Pero quedarse quieto no es una opción. No quiero ahogarme. Ni clavarme en una sola ola, todas mueren en la orilla.

El chiste de montarse a la ola de la experiencia es saber cuándo bajarse. Allí está la magia, saber que el océano es el mismo, pero que cada ola es una oportunidad distinta. Tener consuelo en lo constante del agua y emoción con su movimiento. Tal vez me caiga de la tabla muchas veces, pero seguro las olas que logre atrapar van a ser magníficas.

Saber qué viene

Últimamente he tenido ciclos complicados, supongo que por la edad y las hormonas. Me tardé unos tres o cuatro en darme cuenta qué me estaba pasando, aún con el esfuerzo que hago de ser más atenta. A veces uno simplemente está demasiado metido en la caja y no puede leer la etiqueta.

Me gusta mucho decir que “no es lo mismo verla venir que bailar con ella”. Y es cierto. Imaginarse las cosas no da la dimensión entera de la experiencia, simplemente porque hay demasiadas variables en juego. Pero cuando uno está en un torbellino y no alcanza a saber ni de dónde le viene a uno el viento, podría ayudar tener un momento para verse de lejos y pensar qué está pasando. La vida no examinada es como un baile frenético constante y uno se puede morir de cansancio.

Me regresa el pico de malestar emocional dentro de poco. Sé cómo me voy a sentir. Y no puedo hacer nada por detenerlo. Pero ya lo entiendo mejor y estoy preparada para recibirlo. Yo escojo la música esta vez.

Darle tiempo

Algunas series de tele son como cierta comida: se vuelven gustos adquiridos. Hay que darles unos capítulos de chance antes que le gusten a uno. Me ha pasado que mis series favoritas, no por “lindas” o “divertidas”, sino porque son genuinamente buenas, son así, de arranque lento.

Pasa lo mismo con las personas. A la mayoría basta con tomarse el tiempo para conocerlas y, de pronto, uno ya las entiende. Y luego de entender, viene la empatía. Tal vez no el gusto, pero sí un espacio que permite escucharse. Eso de caerle mal uno a la gente sin que lo conozcan no sólo es un desperdicio, sino que una falta de curiosidad.

No. Ni todas las series, ni toda la comida nos tienen que gustar. Tampoco nos tienen que caer bien todos. Pero la primera aproximación vale la pena. Quién sabe si detrás de ese exterior desagradable hay una joya. Nada pierde uno con probar.

Lo que se ve…

Esa advertencia de no preguntar acerca de cosas evidentes, sirve para todo lo que no sean relaciones cercanas. Porque lo que hagan, o parezcan hacer extraños, da lo mismo. Pero uno no debe andar suponiendo lo que hacen los propios. A veces lo evidente no es lo verdadero.

Uno que tiene a su cargo la supervivencia y mejoramiento de seres humanos (lo sobreviven a uno y lo mejoran a uno), debe estar especialmente atento a todo lo que no se ve. Claro que hay formas de identificar las cosas. Patrones que se rompen, comidas que aumentan o disminuyen, el humor (Dios mío, el humor). Y allí va uno, preguntando lo completamente evidente. Porque quiere estar seguro. Además que hay que insistir, porque no se obtiene la respuesta a la primera.

En fin. Es obvio que uno no va a preguntarle a un extraño si está enojado cuando saca humo por las orejas. Las señales claras bastan. Pero sí hay que hacerlo cuando la gente nos importa. Aunque parezca tonto.

Competencia

Hay palabras en cualquier idioma con doble significado. Competencia, por ejemplo. Puede ser de ponerse a prueba con otras personas. O tener las facultades necesarias para desempeñar una tarea. Admito que a mí se me eleva la primera en muchos aspectos de mi vida y tengo que bajarle dos rayitas a la intensidad.

En la vida los recursos son limitados y todos compiten entre sí. El mismo tiempo está en competencia con nuestros deseos, porque o lo usamos para uno o para el otro. Siempre es cuestión de a qué le damos mayor valor. Pero entre eso y creer que uno le debe ganar a los demás, hay mucha diferencia. Vivir con más personas debería excluir en gran parte el deseo de aplastar al rival y fomentar la cooperación. Eso no borra la necesidad de ser cada vez mejor, pero esa carrera se libra contra uno mismo. Es la búsqueda del segundo significado de la palabra.

Quitarme la gana de ganarle a los demás, regresa mi enfoque a mí misma y me obliga a revisar si lo hago bien o no. Y allí es donde gano de verdad. Prefiero ser competente a estar compitiendo.

Alquimia

El aire usado se transforma

con agua y detergente

y el vacío

con calor y paciencia

hago alquimia en la lavandería

hechizos en la cocina

no necesito la piedra filosofal

la eternidad la encuentro en los aromas

que se guardan como recuerdos.

Me quedé dormida

Ha sido el día de quedarme dormida. Primero en el carro, muy muy mal. Luego en la casa, también muy mal porque se me pasó el bus. Menos mal los niños se pueden bajar solos y traían llaves…

He escuchado mucho que ser adulto es estar cansado todo el tiempo. Que te despiertas un día sintiéndote agotado y que así te quedas el resto de tu vida. Espero que no sea cierto, pero no recuerdo hace mucho el no tener este sueño.

En fin. Al menos no tengo que sacar el carro más hoy.