Tengo migraña desde el sábado. Normal, supongo. Me sorprende que no sea permanente. Debe ser horrible tener un dolor crónico. Lo tuve años con el pie lastimado y, desde hace un año que me operé, agradezco todos los días caminar sin sentir que me lo quiero quitar. Mi mamá sufrió de dolor los últimos veinte años de su vida y pude ver cómo la consumió.
El problema con las cosas constantes es que requieren de un esfuerzo especial para no volverse la música de fondo. Es cierto que no podemos estar fijándonos en los detalles de todo, todo el tiempo, porque nuestro cerebro ha evolucionado para tomar atajos. No lograríamos hacer nada de otra forma. Lo malo es que así también no corregimos lo que nos molesta. O dejamos de apreciar lo que nos gusta. Pérdidas por todas partes.
A mí me duele la cabeza desde hace cuatro días y espero que mañana ya no. No me quiero acostumbrar.