Me encanta, cuando voy de copiloto, fijarme en las calles al revés. Verlas en el sentido opuesto del que siempre las observo cuando manejo. Tienen una cualidad de espejo, familiares pero distintas. Algo así como cuando conozco gente nueva. Siempre es una oportunidad para presentarme en una luz diferente. Soy yo, pero no me conocen, así que pueden ver otra cosa.
Las historias principales de la vida siempre son las mismas, lo que varía es quién las experimenta. Así no importa que no haya nada nuevo bajo el sol, porque cada persona es un universo en explosión, las palabras llegan por primera vez a los oídos, los amores se viven por primera vez, miles, millones, infinitas veces.
Así, hagamos un simple cambio de ángulo de cabeza. Si logramos encontrar el enfoque distinto, todo será nuevo. Tal vez hasta nosotros.