Durante la siguiente semana, voy a descansar de todo. Hasta de estar aquí. Será maravilloso.
Pedir favores
Sentirse sin piel
la sangre a cielo abierto
el corazón descubierto
y, sabiendo que te pueden llenar de ácido,
pedir que no te lastimen.
Buena química
Cuando uno encuentra alguien con quien se lleva bien a la primera, habla de química. Con la familia, eso es complicado.
Tener una buena relación con los hijos es aprender a deslizarse sin esfuerzo sobre una cuerda floja. Los que lo hacen bien, son engañosamente confiados, lo hacen parecer fácil. Hay que recordar que, para que algo complejo se mire fácil, se necesitaron muchas,‘incontables horas de práctica.
Hoy, almorzando con los niños, pude disfrutar de tantas veces de repetirles el “por favor” y “grscias”. Tantas horas de atormentarlos con buenos modales. Tanta paciencia para escucharles hablar cuando aún no platicaban. Pero ha valido la pena. Porque ya tenemos química.
La montaña
Por razones completamente ajenas a mi voluntad y control, se me acumularon dos semanas de camisas qué planchar. No compensa no haber planchado la semana pasada, 10 camisas es un montón. Sobre todo en este calor. Y más aún que no es una ocupación que me encante o que haga bien.
Una de las cosas que se aprende en la vida es que es mejor salir de las tareas en el momento en que se presentan. Es más fácil mantener ordenado un cuarto que ordenarlo. Es mucho más sencillo lavar el plato que se utilizó inmediatamente que esperar a que termine el día y hayan quinimil más. Si uno sabe perfectamente bien que la eternidad existe porque el oficio nunca termina, el amor qué.
Iba a dejarlo para otro día. Pero la montaña de camisas por planchar iba a ser la misma. No se desaparecen y, por el contrario, vienen más en el canasto de ropa sucia. Así que ya están todas planchadas y enserchadas. Y yo sigo pensando que es detestable planchar, pero lo hago.
Probar
Hay que hacer algo que nos rete. Tal vez no todos los días, pero sí todas las semanas. Y no para aumentar el cortisol, que ése se me sube solo, gracias. Para sacarle el jugo al pedazo de tiempo que sabemos que tenemos.
¿Que si nunca hemos comido ese plato en un restaurante? Pidámoslo. ¿Que si siempre quise practicar un deporte? Me arriesgo a verme ridícula probando. Total, sólo yo mido hasta dónde aguanto la vergüenza.
La vida ofrece una infinidad de posibilidades con una cantidad limitada de tiempo. Hay que encontrar qué nos gusta. Y eso sólo lo puede uno aprender probando.
No lloro
Fuimos a ver Lilo and Stitch con los adolescentes. Casi puedo asegurar que será la última de este tipo de películas que veremos con ellos. Se me partió el corazón.
Todo tiene su momento y es bueno que se agoten las etapas en su orden. Si no, tiene uno un montón de deseos no realizados de regresar a la niñez o a la adolescencia que lo impiden a uno de desarrollarse. No se trata de ser adultos amargados, sino de poder gozarse las cosas infantiles sin infantilizarse uno mismo. Nada más triste que un adulto queriendo ser niño. Huirle a las responsabilidades, no gerenciar bien las emociones, ser un egoísta, todo eso no es ser una persona bien desarrollada, es ser un niño que necesita que lo corrijan.
Me gustó mucho la película. Me encantó llevar a mis hijos casi grandes a verla. Y me fascina que estoy haciendo todo lo posible para que vivan cada una de sus etapas. Así, cuando tengan mi edad y no sean unos viejos amargados, se recordarán de cómo nos reíamos de todo. Ojalá.
Nada es mío
Mi cuerpo no sigue instrucciones
no me avisa cuando cambia
se me esconden las palabras
y no controlo lo que siento.
Si ni siquiera me pertenezco entera,
¿por qué me miento
y creo que eres mío?
Varias conversaciones
Aunque me acuesto muy temprano, generalmente mis noches son movidas y termino despertándome varias veces. Lo que hace que me cueste más volver a dormir, es que la mente se activa y comienzo a tener conversaciones marcianas conmigo misma de cosas que parecen demasiado importantes a la 1 de la mañana y que olvido al día siguiente.
El hemisferio izquierdo del cerebro siempre está buscando en qué ocuparse. Todos los métodos de meditación buscan liberarse de la tiranía del hámster mental que recorre nuestra mente sin cesar y que se activa con el mínimo estímulo. Hay que darle insumos para que se entretenga sin molestar. Como contar hacia atrás.
Conozco muchas maneras de ayudar a mi mente a tener silencio. Y, si las aplico, me funciona. El problema es que a esas horas, se me olvidan
Lo que me gusta
Soy fan de las cosas que me gustan. Pregúntenles a mis hijos: parezco anuncio, recomendando a mis amigos las cosas que uso. Creo que hay algo especialmente bonito en que a uno le guste lo que hace y lo que tiene.
La mejor máxima estóica de mi vida es «hay que hacer lo que se puede, con lo que se tiene». No es resignación, es una forma de apreciar lo que uno tiene a su alrededor. Y cambiar lo que verdaderamente no le gusta. La vida es sencilla, uno se la complica.
Así que, cuando me preguntan si me gusta mi carro, la comida que hago, mis amigos, mis perros, mis hijos, voy a contestar con un rotundo «sí».
Ver básquet
Comencé a ver básquet con mi mamá. Ella bordaba vestidos y yo hacía cruceta mientras los jugadores parecían bailar ballet. Era espectacular. Y lo mejor era esa compañía con ella. Tanto es así, que tengo más de 20 años de no ver básquet porque ella no está. Pero…
Los padres que criamos hijos con amor para que puedan ser independientes y se puedan ir felices de la casa, sabemos lo preciosos que son los momentos en que ellos quieren nuestra compañía. Es el fruto de habitar consistentemente el papel que nos corresponde, sin creernos sus hijos y sin evitar los momentos complicados. Pero esa estabilidad hace que sepan que pueden contar con nosotros.
Hoy voy a ver básquet con el Canche. Tal vez saco la cruceta.