Contarte la vida

Mientras más años tengo me ha pasado algo que me sorprende: escucho con mucha más atención a todo el mundo, pero me involucro con muchas menos personas. Creo que cualquiera tiene algo interesante qué contar. Yo ya no tengo la capacidad emocional de hacer relaciones con muchas personas. Ambas cosas se complementan.

Una de las quejas más frecuentes de la modernidad es que cuesta conocer gente nueva después de cierta edad. Como si nuestros antepasados que vivían en sociedades donde todo el mundo se conocía desde la cuna a la tumba hubieran tenido aquel océano de gente nueva qué conocer. Los seres humanos evolucionamos para vivir en sociedad y estar entrelazados más allá de los mazos familiares para sobrevivir. Eso cuesta hacerlo ahora.

Cuando conocemos a alguien nuevo, tenemos la oportunidad de volver a contar nuestras vidas, a veces con algunas ediciones. Eso es refrescante. Pero también es cansado. Nada como tener vidas en común con la gente que uno tiene a su alrededor y crear experiencias nuevas compartidas. Aunque sí es interesante escuchar la vida de los demás.

Para cuándo

Tantas cosas que me he dejado de comer porque no era el momento. Y a veces casi me arrepiento porque ese momento nunca llegó.

Todo tiene una fecha de caducidad. Y las decisiones se toman excluyendo todo lo demás, sobre todo lo futuro incierto. Porque nadie sabe si en el próximo minuto va a estar vivo.

No me arrepiento de no hacer algo ahora y tampoco poderlo hacer después. Porque es lo que mejor me pareció. Ni siquiera mi yo del futuro puede juzgarme, no está en mis zapatos en este preciso instante. Y, hoy, me comí lo que quería. Mañana no va a estar.

No hacer caso

¿Cuántas veces me han recomendado algo que ni volteo a ver? Seguro que muchas. No es arrogancia, es que si ya me falta tiempo para lo que yo quiero ver, menos tengo para lo de alguien más. Pero es bueno intentarlo.

No podemos conocer el mundo entero. Ni probarlo todo, ni verlo todo. Necesitamos de la experiencia de los demás para ampliar la nuestra. Por eso leemos diarios de viaje, vemos películas y buscamos recomendaciones. Aprender de lo que le sucedió a otra persona es uno de los avances más significativos de nuestra especie. Por eso es que no empezamos de cero en la vida.

De algo tiene que servir tener amigos que miren cosas nuevas y las recomienden. Lo malo es que a veces me engancho y me hace falta aún más tiempo.

Nadie va a ir a tu tumba

Creo que he ido al cementerio donde están mis papás un par de veces. A lo sumo. Y no es para nada reflejo de mi nostalgia por ellos ni de nuestra relación. Es simplemente que ellos no están allí. Y si no están allí bien pueden estar en cualquier parte.

Los seres humanos nos caracterizamos por buscar existencia después de la muerte. Lo tienen todas nuestras religiones, los rituales de entierro, las ceremonias y creencias, altares y leyendas. Por algo nos gustan tanto las historias de fantasmas. Pero… no tenemos más que la vida que llevamos ahorita para vivirla. Esperar que nos vayan a visitar a la tumba, que las generaciones venideras recuerden nuestro nombre, cambiar el curso de la Historia, es pura vanidad. Todo desaparece de la memoria de los hombres.

Creo que iré a ver la tumba de mis padres pronto. Más como un ritual que como una visita. Y creo que mis hijos tampoco irán seguido a mi tumba. No tengo problema con eso.

Ni lo perfecto aguanta

Mi papá decía que lo perfecto es enemigo de lo bueno. Y conste que no era conformista.

Las únicas cosas perfectas en este mundo son las inmutables. Estáticas. Rígidas. Llenaron todas las necesidades de un momento determinado y allí se quedaron. Aparcadas sin cambiar. Eso no sirve para vivir porque lo vivo cambia. Es su esencia.

Además de ese dicho de mi papá, me gusta el de Roy H. Williams: todo lo que vale la pena hacerse, vale la pena hacerse mal. Porque lo “malo” es relativo y lo perfecto sólo sirve para un rato.

Sin importancia

El niño tiene partido y está nervioso. Es primera vez que juega con este equipo. Le pregunto qué lo tiene preocupado y dice que no sabe si va a jugar bien.

Las preocupaciones de cada uno no son livianas, por mucho que lo parezcan desde fuera. Sobre todo con el paso del tiempo, uno no entiende cómo se atormentaba por cosas del colegio. Cuando lo de adulto parece mucho más trascendental. Pero se nos olvida que, en su momento, todo eso pesaba y mucho.

Le trato de decir al niño que piense que no es realmente importante, aunque le ponga interés. Es algo que no entiende del todo ahora, pero que espero lo adquiera, más pronto que tarde. La vida es más feliz sin tanta preocupación adicional.

Cambiar

Hoy me desperté a las 11am. Eso es tan extraño como la lluvia en el desierto. Siento que perdí medio día de mi vida. Pero valió la pena.

Las rutinas son maravillosas para la estabilidad. Pero no siempre aumentan la felicidad. Es bueno salirse de vez en cuando de lo que siempre hacemos.

Me cuesta muchísimo hacer pausas en lo normal. Es una belleza saber qué viene después. Pero hoy que la rompí, me siento renovada.

Sueños

Se desprendió una sombra del árbol

camina ahora por la calle

tiene forma de hombre

tal vez sea un pájaro que sueña que es hombre

espero que despierte pronto

yo prefiero volar.

No me gusta lo que digo

Tengo tantos recuerdos lindos de mi madre, que detesto que sólo la escucho cuando digo cosas crueles. Heredé su tino para abrir heridas con pocas palabras. Hubiera preferido tener su habilidad para escribir bonito. Cómo es eso que me brota tan fácil lo que peor me caía…

Las relaciones entre hijos y padres sólo son complicadas porque uno de papá tiene la obligación de formarlos y la responsabilidad de dejarlos ser ellos mismos. Esa línea me es tan difícil caminarla… Quisiera decir que no quiero controlarlos, mentira. Quiero que hagan las cosas mejor que yo y que me hagan caso y que sean felices. Lo de en medio es lo que lo jode todo.

Amo a mi mamá. Y siempre supe que ella me amaba con todo lo que era. No quiero ser cruel, por mucho que sea desde el amor. Creo que es la posición más perversa en el cariño porque se justifican cosas que no deberían ser válidas. No siempre me gusta lo que sale de mi boca. Espero poder compensarlo con otras cosas.