Estoy ensayando una nueva táctica para tratar a los niños, tomada del famoso poema de Bruce Lee: sé como agua. La disciplina tomada con fuerza y fluidez es más efectiva. Al menos así pareciera en un principio.
Pero también de eso me canso. Y me vengo al último rincón de la casa, mi cuarto, a pasar un momento a solas. Qué poco trabajo tiene uno más que fluir y eso es tal vez lo que más cuesta de todo.
Voy a regresar a mi tarea de llenar las horas del día. Pero en un ratito.