Se habla de un fenómeno que nos pasa a todos al que se le llama «sesgo de confirmación» y es el que nos hace ver carros del mismo color que el nuestro por todas partes. Es la necesidad del cerebro de encontrar pertenencia en cualquier parte, desechando lo que no corresponde y quedándose con lo que sí. En psicología se le llama «schema» a los esquemas mentales que ya no tocamos por comodidad y que nos llevan a pensar las mismas cosas de la misma forma todo el tiempo. Es por eso que cuesta ver los cambios en las personas con las que vivimos, sobre todo los adultos, porque ya tenemos una imagen de ellos y las pequeñas variaciones implican demasiada energía consciente como para fijarnos en ellas y agregarlas a los cuadros que ya conocemos.
Tener sesgos al momento de tomar decisiones nos hacen que no analicemos detenidamente lo que está a nuestro alrededor. Nos llevan a desutilizar nuestra capacidad de raciocinio y a quedarnos en la superficie de los problemas que creemos conocer. Es necesario salir de ese sesgo y llegar a examinar de vez en cuando los atajos mentales por los que nos vamos. De repente, no es por allí verdaderamente por donde queremos ir.