El Conocimiento es Poder

-«JM, salte de la piscina pequeña, ya estás demasiado grande.»

– (Leyendo en voz alta) «‘Piscina pequeña sólo para niños menores de ocho años.’ Yo tengo siete. No soy muy grande.»

Y el niño continúa felizmente salpicando a todo el mundo a su alrededor. Y a mí no me queda mucho qué decirle.

Se hace una marcada diferencia en el trato con cualquier persona que sabe algo que antes desconocía. Las relaciones cambian radicalmente, sino recuerden la primera vez que una amistad les dijo que quería ser algo más. O cuando al fin entendieron cuándo se cambia de velocidad un carro mecánico. Saber/conocer cosas nos transforma, convierten el mundo a nuestro alrededor de plano a redondo, nos sacan del centro del universo. La información es más poderosa que cualquier arma y puede ser igual de letal en las manos equivocadas, o en el momento incorrecto. No es lo mismo aprender acerca del sexo de boca de los papás, explicando con amor un acto precioso a la edad más adecuada, que en cualquier otra circunstancia.

El auto conocimiento también libera. En el momento en que conocemos nuestros defectos, éstos dejan de afectarnos. Cuando abrimos la mente a otras formas de ver la vida, expandemos nuestros horizontes. Cada palabra nueva que aprendemos, nos da una herramienta más para comunicarnos.

Obvio que no siempre es conveniente impartir conocimiento. Menos mal el niño se entusiasmó de meterse a la piscina de gente grande con su mamá.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.