Cumplir de Más

«Yo no cocino, ni limpio y tengo mal carácter.» Frase célebre que utilizaba frecuentemente cuando tenía 18 años a modo de promoción/advertencia a los candidatos. Obvio, no eran muchos. También tenía la filosofía de no maquillarme seguido, para no espantar al que fuera a despertarse al lado mío. Conozco a una señora guapísima que se pone la cara antes de dormir, se levanta de madrugada para bañarse y pintarse, de forma que el marido jamás la ha visto sin repello. Eh… Mejor no.
Cuando llegamos a algún lugar que nos han recomendado hasta por los cielos y que se promociona como la octava maravilla, tenemos expectativas altas y éstas a veces son difíciles de cumplir. Pero si en vez de recibir promesas extravagantes, simplemente obtenemos resultados eficientes, nos sentimos más satisfechos que encontrar un billete en la bolsa del pantalón.
¿En cuántas ocasiones nos han ofrecido bajarnos la luna y las estrellas? ¿O ser un Cassanova y luego ni siquiera pueden quitarnos el bra con una mano? ¿O cómo hemos quedado nosotros mismos cortos de lo que hemos prometido?
No se trata de ir por la vida sin entusiasmo, pero es mejor guardarse un poco para el «delivery».
Sigo sin maquillarme todos los días, pero me tatué el delineado de los ojos. Ya cocino rico y me encanta mantener mi espacio limpio… mi marido se siente dichoso con dos de tres.

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