Lo mismo, pero no igual

Les envidio los desayunos a mis amigos cuando postean nachos y panqueques y pan y pan y pan. Sobre todo al desayuno. Esa hora se presta para fardear. Y siempre les digo que me están apretando la envidia. Que yo no como así, porque exploto. Tal vez hasta consumo más calorías, pero repartidas distinto.

Podemos calcular las cosas para que nos den el mismo resultado, contando distintos factores. O sea, llegamos al ocho sumando cuatro más cuatro o tres más cuatro más uno… igual llegamos al número. Y así con la vida entera, porque cada uno tiene una manera distinta de hacer ciertas cosas, adaptándolas para sí mismo. Más importante aún, cómo les damos la libertad a nuestros hijos para que encuentren su propio camino. Claro que les podemos explicar y enseñar el nuestro, pero pretender que lo hagan exactamente igual es, no sólo iluso, es casi tiránico.

Así que seguiré envidiando las tostadas a la francesa de mis amigos, mientras como tocino.

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