Cosas en común

Uno nunca entiende del todo a los papás, porque entre a la mitad de sus vidas a conocerlos. Cuando uno ya es adulto y tiene experiencias más o menos en común con ellos, ha pasado tanto tiempo que jamás se les puede alcanzar. Pero… ese territorio compartido es en donde se disfruta de verdad la educación que recibió.

Criar gente es un balance entre reglas y juego, cariño y firmeza (que no son lo contrario? Y paciencia y fe en que las metidas de pata inevitables del camino son salvables. Uno va aprendiendo qué funciona mejor, pero es uno de padre el que tiene que adaptarse, ellos parecen pfanzers avanzando. La idea no es dinamitarlos, sino guiarlos. Porque lo que menos quiero es quitarles fuerza. Sólo prefiero que no destruyan todo a su paso.

Poco a poco, comenzamos a tener conversaciones con los niños, más allá de escucha paciente o instrucciones. La música, las películas, las anécdotas en común sirven de primer camino hacia discusiones más complejas. Hasta que llegue el día que esta ya no sea su casa, que tengan experiencias completamente separadas de las mías y que las compartamos. Allí ya sentiré que el trabajo fue adecuado.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.