Más para menos

Todos queremos hacer más cosas en menos tiempo. Metemos a los niños en cuanta clase extra podamos, sobreagendamos nuestros fines de semana, llevamos agendas especiales para sacar más horas de las que existen. A veces no nos damos cuenta que la pregunta no debe ser ¿cómo?, sino ¿para qué?

Nunca vamos a poder hacer todo. Es que ni siquiera sabemos qué más nos hace falta. Eso de saltar de una actividad a la otra, siempre pensando en lo siguiente, no sirve. ¿A qué horas vive uno? Y conste que no se trata de dejarse llevar por la vida contemplativa. Es de simplemente tampoco dejarse atropellar por el tren que toreamos todos los días.

Yo nunca he llevado una agenda. Ahora FB me recuerda los cumpleaños y poco más. Tengo planes para el futuro, pero no me gusta saturar mi presente hasta que se borre. Mejor tener menos cosas qué hacer, y hacerlas con esmero.

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