El Hombre

Se oye pesado, sin gracia.

Como un genérico desposesionado.

Pareciera carecerlo todo, hasta el nombre.

Quien me escucha referirme así de él, querrá medir con dedales mi cariño.

Y, para mí, él es «el hombre».

Así de simple. Porque no existe otro.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.