¿Se puede no envejecer?

La medicina quiere que vivamos 180 años. 180. No me entusiasma la idea. Pero sí me emociona pensar en no deteriorarme y morir con la totalidad de mis capacidades. Y eso también están logrando. No en algo esotérico como “sentirse joven” ni exclusivamente estético con procedimientos quirúrgicos.

Resulta que la clave de la juventud está en regresar al pasado. Al prehistórico. Imitar patrones de comida y de actividades que no tenemos ahora. Reforzar los lazos afectivos que nos dan apoyo emocional. Encontrar momentos de meditación. Y sacudirse todo lo artificial, inclusive la presión moderna de tener tantas cosa que no necesitamos.

Yo soy de la escuela de Freddy y también pregunto quién quiere vivir para siempre. Pero sí quiero estar bien todo el tiempo que se pueda.

¿Y ahora qué?

Ya pasó la fiesta, la Navidad, el Año, hasta el lunes. La semana comienza adelantada, como si este nuevo año quisiera terminarse antes de empezar. Pero hay un día después del otro, como siempre y allí no hay nada nuevo. O tal vez es que todo siempre es nuevo y por eso ya no nos sorprende.

Hace apenas unos siglos, los almanaques profetizaban hasta el clima, le recordaban a los granjeros cuándo plantar, les decían a las mujeres las fases de la luna. Ahora todo eso lo llevamos en la mano, más inmediato, no sé si por eso más ordenado.

Vivir implica esperar con fe que lo que uno planifica, se va a cumplir. Agarrarse a la rutina para sobrellevar los sobresaltos de existir. Y saber que mañana hay otro día igual de nuevo que el de ayer.

El año comienza un lunes

Me encanta que este 2024 sea tan ordenado. Algo le da de paz a mi mente ante otro año de cosas imprevisibles. Porque así es cada segundo que tenemos enfrente: una incógnita. A veces me gustaría saber qué viene, pero luego recuerdo todas las historias de profecías y se me pasa.

Desde que el ser humano puede articular sus deseos ha querido conocer el futuro. No existiría la religión sin esta necesidad. Y siempre hay una lucha fundamental entre el destino y su recipiente. Peleamos hasta contra morir, aunque es lo único seguro que tenemos.

No quiero saber mi futuro. Quiero hacerlo. Y me parece bien comenzar un lunes.