Un para siempre

Al tiempo se le roban los momentos

porque es un tacaño que sólo quiere seguir corriendo

como si no tuviera él también principio

y olvidara que va a tener un fin.

Ese fin que llega a morir en mi cama

cuando la comparto contigo

y tiene que detenerse, parar,

nada hay sagrado que no se despenique en tu boca.

La piel no conoce de los minutos

sólo siente una mano que le da sustancia

y si cierro mis ojos contra los tuyos

dejo de ver cómo se nos acaba.

Los para siempres llegan hasta el final

o hasta que. me quieras.

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