Llueve.
No estoy en mi cama.
No estás tú.
Qué desperdicio.
Llueve.
No estoy en mi cama.
No estás tú.
Qué desperdicio.
La luna está parcelada
los celajes son de tiempo compartido
todas las palabras ya están dichas
y otras personas han sentido lo mismo (yo también)
pero contigo
todo vuelve a ser nuevo.
Medí mal el café
¿te ha pasado?
arruiné el final del almuerzo
nada trágico
es sólo un café
pero también es triste
no tenerlo como quiero
contigo.
El terremoto gestado bajo tierra
la avalancha que se acumula
la ola que se suma a otra ola
la tormenta que come vientos.
Sólo nos destruye lo repentino
de la trama sigilosa
parecida a tu ausencia sorpresiva
que quisiste durante tanto tiempo.
Sigo viendo a mi pequeña
cuando te paras a mi lado, y ya no lo eres
escucho a la niña
hablar desde tu boca adolescente
tu cuarto lleno de peluches y maquillaje
mi vida pasando rápido a tu lado
y tú, pequeña mía, cortando la cuerda
para volar más alto
mientras yo forjo otro lazo
que nos una con ternura.
¡Felices 14 mi Vida!
Pierdo el tubo negro de noche
se desaparece en la oscuridad
lo encuentra mi mano, se vuelve corpóreo
no todo lo que existe se puede ver
pero siempre se puede sentir.
Nos damos por partes
cuando estamos con otro
recibimos algo a cambio
o deberíamos.
¿Cuál parte mía te quedaste?
No importa. No la quiero.
Tampoco la tuya.
Ya pasó el humo
sólo queda el fuego
ni siquiera hay un puente
no puedes regresar
no te quieres quedar
pero siéntate y veamos todo arder.
Te conozco tan bien
que necesito verte de nuevo
me he perdido los detalles
que le agregas a tu vida.
Tuve el mundo entero
sujeto de mi mano
no lo solté
y se me escapó el universo.