Gustarle a extraños

Preguntarle a un extraño si le gusto es compartir una idea con el viento.

Es sonreírle a un espejo roto.

Es tirar besos en una bolsa vacía.

Importarme si alguien más que tú me mira es desperdiciar mi atención.

Es montar un espectáculo para nadie.

Es tirar lo que escribo.

En el mundo hay dos personas que no son extraños y sólo a ellos quiero gustarles: tú y yo.