Se borró

Yo ya tenía escrito algo acerca de cómo estar ocupada es como tener un salón de baile lleno en mi cabeza, con cada persona con su propio ritmo y música y yo sirviendo de organizadora. Algo así se siente. Pero se borró y, como siempre, nunca vuelvo a encontrar las palabras para decir lo que pensaba. Tal vez porque ya cambiaron de canción y ahora escucho otra letra.

Supongo que hay cosas que tienen qué suceder para que la vida continúe como debe. A veces, cuando me atraso por una pendejada en salir de mi casa, pienso que tal vez eso me salvó la vida de un choque fatal. Nadie, ni Dios, sabe qué hubiera podido suceder sí. O tal vez si lo sabe, porque para eso están los universos paralelos, para desmadejar esa infinita marea de posibilidades que se da con cada decisión que tomamos.

Tener una idea y no agarrarla es perderla. Por eso dormía Dalí con un diario de sueños a su lado. Que no quiere decir que por no plasmarla, el mundo se quede sin una genialidad. Bastantes veces tengo pensamiento que a oscuras parecen magníficos y ya con lucecita revelan no tener sustancia. Espero recordar de qué iba lo que se borró. O que se me venga otra idea.

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