Quiero un pájaro

Me encantan los pájaros. Siempre he querido uno pero me rehúso a tener encerrado a un animal que puede volar.

Nos gustan las cosas libres, que se mueven por los aires, quisiéramos poder hacerlo. Y por eso las apresamos, les cortamos las alas, les enseñamos a hablar. Un loro vive lo mismo que un humano. Qué tristeza pasar toda la vida sin cumplir el propósito de la vida.

Algo así con las relaciones, que nos atrae alguien tanto, que sólo lo queremos tan cerca como para no dejarlo ir jamás. Los hijos más que a nadie.

A los míos los quiero para dejarlos ir. Nunca tanto como ahora que la niña tiene una condición que me hizo perder la poca calma que me quedaba. Que quisiera nunca perderla de vista. Pero no puedo. Porque si no quiero tener un pájaro con tal de no encerrarlo, cómo no dejar libres a los niños…

Quiero un pájaro. Tal vez si le dejo comida en el jardín, puedo compartirlo con el cielo alguna vez.

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