Rodearse sólo de personas agradables es imposible. En primer lugar, porque nadie es agradable todo el tiempo. Todos tenemos momentos insufribles. Hay que aceptar que los humanos variamos de humor. En segundo lugar, lo que me gusta hoy me puede desagradar en unos años. También parte de nuestra composición emocional.
Pero… lo que sí puede procurar uno es ser no-insoportable todo el tiempo, al menos hasta donde uno se puede dar cuenta. Eso implica la amabilidad, la empatía y la cortesía. Todas cosas que pueden ejercitarse.
Tal vez uno no pueda ser luz para todos todo el tiempo, pero sí, por lo menos, no ser tormenta.