Esos que saben a pasta y vino. Nos despertamos igual de temprano y nos volvemos a dormir. Vemos tele. En todas las teles de la casa. Comemos chilaquiles al estilo en que yo los hago. Nos bañamos o no.
Estos días tan distintos ahora de otros días iguales porque a la niña hay que cubrirla con insulina. Pero siguen siendo los mismos porque igual hice tiramisú.
Los días libres nos llenamos de la parte de nuestras vidas para las que trabajamos el resto. Comemos rico, nos abrazamos, jugamos a la felicidad y siempre ganamos.
Qué ricos estos días libres.