Ver una roncha y aplicar ungüento alivia lo externo. A veces eso es suficiente. Pero si no se encuentra la causa inicial de la molestia, de poco sirve. A mis hijos les daba sinusitis muy seguido y realmente fue angustiante. Eran muy pequeños y tenían que tomar antibióticos: el ungüento. Desesperada, comencé a investigar qué más podría estar pasando y resultó ser un caso crónico de reflujo. Curado el reflujo (la causa inicial), nunca más tuve que aplicar el ungüento.
No todo tiene soluciones tan elegantes que hacen que todo funcione bien. Pero quedarse en lo superficial es peor que enmascarar un mal olor con perfume.
Lo más importante es tener abierta la mente a qué más puede haber. Claro que cae bien aplicar remedios para lo próximo.