Lo apunté, te dije,
pero mentí, nunca apunto.
Creo que lo voy a recordar,
a ti nunca te he olvidado.
Hasta que le pasó a ese nunca
lo que sufren los siempres. Se acaban.
Tal vez no te olvidé,
sólo dejé de pensarte.
La próxima lo apunto.
O te olvido para siempre.