He tratado de siempre hablar de todo con mis hijos. Lo que ha hecho que ellos hablen de todo conmigo. Desde esas conversaciones balbuceantes acerca del prekinder, hasta la verborrea de niña semi adolescente. O sus preguntas serias. O lo que hacen cuando no estoy.
Me siento con el peso del mundo encima. Porque me toca decirles cómo comportarse sabiendo que no siempre lo van a hacer. Tengo que ser mamá seria,’con reglas y mamá suave, que sepan que me pueden contar todo. Me pesa y lo agradezco.
Espero saber cómo meter lo menos posible la pata. Es lo más que puedo pedir
