Contamos las mismas historias, no porque olvidemos de qué se tratan, sino porque necesitamos volver a escucharlas. Ahora es muy fácil abrir cualquier streaming y pasar nuestra serie favorita en repetición. Por algo los niños quieren ver la misma película una y otra vez.
Cada vez que llegamos al mismo lugar, somos distintos. Eso nos obliga a tomar consciencia de cuánto hemos cambiado, para bien o para mal. También repetimos porque sabemos el final y queremos alguna medida de predicción en un mundo totalmente incierto. Además nos fijamos en cosas diferentes y vemos algo más, lo que nos hace saber que siempre hay algo más.
A mí me gusta repetir algunas series. Sobre todo cuando estoy cansada. Me ayuda a entretenerme y a no estresarme por tener que estar pendiente de qué viene.