Tengo dos niños. El mayor cumple 11 años hoy. Sin pensarlo mucho, fui a buscar fotos del niño de cuando era bebé. La sensación siempre me pega como un tanque. He visto en mi propio cuerpo cómo ha pasado el tiempo entre esa foto y ahora que ese bodoque casi tiene mi altura. Pero nada es tan fascinante como esa diferencia entre los niños pequeños y ahora que aún lo son pero ya no tanto.
Lo mejor de tener hijos, lo he dicho demasiadas veces, es volver a vivirlo todo como si fuera nuevo. No es que uno vuelva a la propia infancia, si no que acompaña a otras personitas a hacerlo y es grandioso. Se viven tantas vidas como a personas vemos crecer. Seguimos viendo el paso del tiempo en sus cuerpos y en su forma de ver la vida.
Yo no recuerdo mucho de lo que pasé de niña, supongo que es parte de lo que vamos aprendiendo. Pero sí he hecho nuevos recuerdos con mis niños.