Tres constantes

El cambio constante lo llevamos plasmado en nuestra piel, para acordarnos que nada es para siempre.

Salvo la soledad, pues nadie está con nosotros en nuestro interior.

Y la muerte, que nos acompaña todo el tiempo llevándonos de un hilo.

Y el amor, que hace que podamos seguir viviendo, a pesar de todo.

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