Hay muchos momentos adecuados en la vida para dejar la empatía del lado y ser duros. Pero son menos de los que uno cree. Se pueden decir muchas cosas de formas sin filo para obtener los resultados deseados sin dejar sangre regada.
Los doctores tienen muy poco entrenamiento en esto. Es ridículo. Debería ser al revés. Generalmente lo encuentran a uno en sus momentos más vulnerables, en donde se está con todo el dolor expuesto. Sería bueno que no llegaran a echarle limón encima.
Yo padezco de falta de dulzura. Mis pobres hijos son testigos de eso. Pero… puede ser que esté aprendiendo poco a poco a medir el peso de mis palabras y a bajarme del balcón de donde las tiro. En serio que no es siempre necesario dejar cadáveres de sentimientos por donde uno pasa.