Se murió el viento
los árboles, quietos, lo velan
lleva una mortaja de calor
y el sol sirve de testigo
claro, sin nubes.
Se caen los pájaros del cielo
no tiene sobre qué escalar
los que se quedan abajo
cantan para acompañar el duelo.
Todo arde.
Y del fuego se levanta, poco a poco
la siguiente brisa.