Últimamente he tenido ciclos complicados, supongo que por la edad y las hormonas. Me tardé unos tres o cuatro en darme cuenta qué me estaba pasando, aún con el esfuerzo que hago de ser más atenta. A veces uno simplemente está demasiado metido en la caja y no puede leer la etiqueta.
Me gusta mucho decir que “no es lo mismo verla venir que bailar con ella”. Y es cierto. Imaginarse las cosas no da la dimensión entera de la experiencia, simplemente porque hay demasiadas variables en juego. Pero cuando uno está en un torbellino y no alcanza a saber ni de dónde le viene a uno el viento, podría ayudar tener un momento para verse de lejos y pensar qué está pasando. La vida no examinada es como un baile frenético constante y uno se puede morir de cansancio.
Me regresa el pico de malestar emocional dentro de poco. Sé cómo me voy a sentir. Y no puedo hacer nada por detenerlo. Pero ya lo entiendo mejor y estoy preparada para recibirlo. Yo escojo la música esta vez.