Hay algo tan calmante en regresar a ver las mismas películas y escuchar la misma música. Ya sabemos cómo termina todo y eso es precisamente lo que buscamos en tiempos de incertidumbre. También puede ser que por lo mismo encontremos repetir las sagas familiares.
Llevo revisando los cuentos de mi familia desde hace un par de años y veo cómo parecen remakes. El mismo patrón, aunque con un color distinto. Qué poco nos conocemos a nosotros mismos si tenemos que repetir las historias de las personas que nos precedieron. Tal vez por eso es tan importante no ocultar el pasado, sobre todo el personal. Es un camino que los que vinieron antes ya recorrieron y que no nos hace bien retroceder.
Quiero pensar que, al escribir lo que sé y recuerdo y me invento de mi familia, exorcizo la necesidad de volverlo a vivir y, más importante aún, libero a mis hijos. Pero eso no quiere decir que no quiera enseñarles las películas viejas que me gustan.