La vida se me ha hecho intensa. No sé vivirla de otra forma. O es que yo soy así. En el momento en que estoy quiero todo. Pero… también tengo días de no querer nada.
El término medio famoso de la filosofía creo que no es buscar ser tibios. Es poder balancearse. Los sube-y-bajas no se mantienen estables, oscilan. Allí debe estar el balance: encontrar que uno puede estar arriba o abajo y continuar. Porque el juego sigue. Hasta pasar por el medio tiene su gracia.
Quiero todo. Pero no todo el tiempo. Y en ese aprendizaje estoy, para no salir volando de pronto.