Tenemos cachorro en casa y yo tenía por lo menos veinte años de no convivir con uno. Mis hijos nunca habían tenido algo más que gatos y hámsters, mascotas muy distintas de un perro. Es otro rollo. Hasta mañoso es, después de menos de una semana en casa. Y la dinámica de la casa ha cambiado sustancialmente.
La relación entre los humanos y los perros data de cientos de miles de años, incluso algunos antropólogos especulan que se inició antes del lenguaje. Nosotros aprendimos a hablar y los perros a entender. Somos una manada con ellos, nos reconocen como de su familia y pareciera que nosotros a ellos también.
Hasta el momento, estamos adaptándonos. Porque el famoso entrenamiento es más para uno al principio que para el perro. Y está bien. Pronto pasa esta etapa. Sólo espero que lo del hoyo con lodo en el jardín no pase otra vez.