Es imposible saber cómo nos va a ir después de tomar una decisión que cambie nuestra vida. Porque nunca hemos estado allí. Es como decidir si una canción nos gusta antes de escucharla. Podemos elucubrar. Pero sin ninguna certeza.
Nunca somos iguales. Siempre estamos en cambio. Y nuestra vida se modifica todo el tiempo. La única certeza que tenemos es de lo que ya hicimos.
Cómo cuesta vivir así. La alternativa no sería mejor: todo aburrimiento. Tal vez el mayor reto que tenemos es perder el miedo. Saber que, eventualmente, la vida es una mierda. Y aún así seguir. Porque después es maravillosa.