Me lastimé el pie de una forma muy tonta y ahora me duele. Me duele desde que lo lastimé, pero hasta ahora me molesta. La lesión fue hace once años, pero yo no tenía el tiempo para pasar sin hacer nada. Luego ya no le di importancia. Después me acostumbré. Y así se fue el tiempo.
Si uno de mis hijos se hubiera lastimado, no hubiera pasado un día sin que lo llevara a arreglarse. Y resulta ser muy común que uno de padre se deje para más tarde o nunca. Creo que es una sobredimensión de lo importante que es nuestra presencia y un descuido de la importante que es nuestra salud. Lo dejamos estar para después hasta que la cosa es inevitable y, casi siempre, mucho peor.
Me opero el jueves. Algo relativamente sencillo con una recuperación larga que ya me tiene arrepintiéndome de operarme. Pero… creo que ahora no aguanto otros once años.