Muchos puntos juntos

Los cuadros impresionistas no se pueden ver de cerca. Mejor dicho, no sirve verlos de cerca. Están como pixelados, la imagen es borrosa, las personas no tienen facciones definidas. Pero basta con alejarse unos pasos y todo el conjunto cobra sentido. De puntos salen parasoles, de pincelazos salen personas, de brochazos salen b… (me quedé sin palabra para lo que sale, pero algo sale).

Es igual que tener la capacidad para unir varios puntos en principio inconexos. Es uno de los rasgos de la genialidad el poder traer de un campo de acción, soluciones a otro, el poder ver cómo cosas que no se tocan, se influencian y poder encontrar el camino que todo eso le da a lo que tiene enfrente. Hay una rama del periodismo que se dedica a encontrar esos puntos. En un estudio reciente leí cómo vinculaban el microondas a los matrimonios entre personas del mismo sexo.

Y para uno mismo. El darse la oportunidad de retroceder, alejarse y ver la imagen de forma más amplia, muchas veces nos deja unir todos esos puntos de nuestras vidas que aparentemente no se tocan, pero que forman parte del cuadro que nosotros estamos pintando mientras vivimos. Todo nos afecta. En todas partes. No podemos descuidar una parte para atender exclusivamente a otra. El chiste es que el cuadro entero quede bonito.

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