Las fechas que se pasan

A veces olvido el año en que nació JM. Tengo qué hacer cálculos tontos. El día de la semana lo recuerdo siempre (martes), pero el año… cosas que uno tal vez no registra, aunque tenga una medida de relevancia. El año de nacimiento de F es muy fácil así que no hay problema. Me costó aprender el cumpleaños de mi papá de pequeña, el de mi mamá era imperdible (24 de diciembre).

Algo tienen las vueltas de calendario que nos enganchan en repeticiones anuales. Llevamos la cuenta de eventos pasados, distanciándonos de ellos con el tiempo, pero trayéndolos al presente al conmemorarlos. La edad, los aniversarios, los años que han pasado desde que la gente se murió. Hay un peso adicional al olvidar las fechas “importantes”, porque se percibe como una pérdida de importancia de la cosa que sigue creciendo. No imagino cómo reaccionaría si olvidaran el día de mi cumpleaños. Seguro, muy abandonada.

Pero también el dejar en reposo ciertos recuerdos pueda no ser tan malo. Cada 26 de diciembre recuerdo la muerte de mi madre, con toda la tristeza y añoranza que eso me trae, año con año. Y, hoy que vi la fecha, me di cuenta que no lo recordé. Lo tuve presente todos los días anteriores. Me siento fatal ahora que pasó. Pero, ese día, simplemente lo olvidé. Tal vez es buena idea conmemorar el día de otra forma: viviendo.

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