Creo que con la edad se me rompió la conexión entre mis emociones y la permanencia. O sea, sobre todo lo negativo, lo siento a profundidad y se me pasa. No queda nada. ¿Será que se me lavó la parte donde uno se ve afectado por las cosas?
Lo más importante de la meditación (creo), es encontrar el espacio entre la emoción/pensamiento/deseo y la reacción. Lo primero es imposible controlar, pero lo segundo no. Y allí crece uno. Todo ese espacio sirve para sentir profundamente. Y soltar.
Ojalá sea eso verdaderamente lo que me está pasando. Porque vivir con lo malo a tuto cansa. Sólo espero que no sea porque estoy (más) rota por dentro.