Ayer fui a un concierto de Alux. No es música que escuche todo el tiempo. Es más, no está en mi rotación. Pero… me sé y canto con gusto todas las canciones.
Los olores son los mejores detonantes de recuerdos. Nada como un perfume para pensar en alguien en especial. Las canciones hacen lo mismo con las emociones. Escuchen alguna que les hayan dedicado y seguro se meten en un túnel del tiempo con una apertura específica a ese momento. Tal vez es por eso que muchas personas se quedan escuchando sólo la música de su juventud, negándose a admitir que se han hecho buenas canciones en los años subsiguientes. Estoy segura que nuestros antepasados criticaban la percusión de los jóvenes sobre los tambores alrededor de las fogatas, porque “no era tan buena como en sus tiempos”.
La realidad es que hay cosas buenas, y malas, en todas las épocas. Y los sentimientos no tienen edad. Es bueno darles asideros propios.