Casi pongo que lo importante es la consistencia, como si la vida fuera atol. Mala traducción mental. Lo que realmente cuenta, siempre, es la constancia. El resultado depende de eso. Y, si el resultado no es el que se quiere, hay que consistentemente hacer otra cosa.
Cuando uno acepta que todos los sistemas están perfectamente diseñados para dar los resultados obtenidos, deja de pelear con lo que recoge y revisa. Todo. No sirve de nada lamentarse por no tener lo que uno quiere, sólo porque no hay ganas de cambiar. Mejor aceptar que eso es lo que uno quiere hacer. Y tragarse los resultados.
La constancia es mi mero superpoder. Que no siempre me ha llevado a algo beneficioso. Pero me lleva.