Bueno Mami. No me toma mucho sacar las cuentas, tendrías hoy setenta y seis, todavía joven para la expectativa de vida moderna. Estarías tan preocupada por Fátima, tan orgullosa de ella. ¿La has visto? Es una niña valiente, generosa, divertida, habilidosa, testaruda, dulce… te llevarías bien con ella. ¿Y el Canche? Entrando a la adolescencia sigue siendo un buen chico. Y taaan guapo. Con mi humor negro y toda la vanidad de la familia. Parece nieto de mi papá. Lo tendría loco.
Yo estoy bien. Mejor de lo que he estado en años, aún en este 2020 tan difícil. He leído tantos libros que te hubieran gustado, escrito tantas cosas que tal vez no, cocinado, lavado, ordenado… Ya me estoy haciendo vieja, Mami, y no está mal. Te miro en todas las cosas tuyas que uso en la cocina. A veces te escucho cuando canto. El dorso de mis manos me recuerda a ti.
Catorce años más tarde, sigues acompañándome y nunca habrá una Navidad que no te extrañe. Gracias por dejarme las recetas de las cosas que me saben a tu cariño. Muy feliz cumpleaños.