Tengo fiebre. Me duele todo el hermos cuerpo. Una reacción a la vacuna. Creí que no me iba a pasar, pero uno definitivamente no escoge cómo va a reaccionar el cuerpo. El mío está haciendo berrinche. Y la vida sigue encima, tengo que lavar ropa, ver el almuerzo. Porque las cosas se detienen sólo cuando dejan de existir.
Supongo que puedo hacer una pausa. Tomar medicina y tener antojo de ramen.
Pero también tengo sábanas en la lavadora.