Escribir para el olvido

Ayer escribí mi post de siempre y algo pasó con la página. Parecía que se había perdido la entrada. al refrescar la página, me salía que había un error en el servidor. Y me resigné a no poder publicar ese artículo. Porque a mí se me olvida lo que escribo en el momento en que termino de teclearlo.

La transmisión de conocimiento por medios escritos marca un hito en el desarrollo de la humanidad. Existe una certeza de exactitud de palabras plasmadas que nos permiten aprender conocimientos científicos pasados. Pero cuando se trata de historias humanas, lo escrito es tan nebuloso como cualquier tradición oral. Y sirve poco para demostrar el verdadero estado anímico de una sociedad. Por algo se dice que «la historia la escriben los vencedores».

Luego está la gente importante que escribe memorias y autobiografías para dejar prueba de lo que hicieron. Ensayos filosóficos que los grandes pensadores utilizan para pasarnos su sabiduría. Nuestra personalidad como humanos se encuentra en letras.

A mí escribir no me sirve para recordar. Me sirve para olvidar. Siento algo que me incomoda y que pide salir de mí. Muchas veces termino poniendo cosas que no era lo que había pensado originalmente. O tengo una idea revolotéandome en la cabeza y si no la atrapo rápido, se me escapa. Lo peor que me puede pasar es que se me borre lo que ya había puesto. Como ayer. Porque, una vez que lo saco, ya no tengo memoria de lo que puse.

Para mi buena suerte, recuperé la entrada. Si no, hubiera tenido que volver a escribir y no hubiera sido igual.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.