Hacer tiempo… tan bonita esa expresión. Como si el tiempo pudiera crearse, no simplemente gastarse. Implica que uno le está regalando lo único que no regresa a alguien. “El tiempo es el más grande de los lujos”. Uno espera, porque valora más el resultado que la anticipación.
Tener la habilidad de no precipitarse, de tener paciencia, de saber diferir el placer en el futuro, no quiere decir que uno no valore lo que hace ahorita. Es que tiene la capacidad de sopesar cuál de las cosas le va a dar uno mayor satisfacción y empeñarse en obtenerla. El sacrificio del ahora por el mañana. Mejor dicho, la inversión.
Hasta para que abran la tienda que uno quiere hay que saber esperar. Porque no hacerlo implica muchas veces una mayor pérdida de tiempo.