El reflejo

Encontrar la postura de calma en la meditación no es dejar de pensar, sino fijarse que uno lo está haciendo. Es ser un espejo sobre el que pasa todo, sin imagen propia. Tampoco quiere decir borrarse uno, sólo ser claro.

La parte de fijarme tal vez no me cuesta tanto como la de estar callada en mi mente. A veces hasta música suena allá adentro. El mono de mi cerebro se agarra hasta de tres ramas a la vez. Pero lo poco que me ha quedado me ha servido para cosas tan grandes como una emergencia hasta pequeños momentos de sentirme de mal humor y no dejarme arrastrar. Es poco, pero es un avance.

Reflejamos, al final, lo que tenemos dentro y lo externo nos debe servir para darnos cuenta de eso.

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