Vimos una película que simplemente no traté de entender. Sólo la vi. Buena, muy buena. Con un argumento tan complicado que o se podía aceptar, o no disfrutar.
En cualquier relación, hay cosas de los demás que no entendemos. Aunque tratemos. Si a veces nos cuesta con nosotros mismos. No hay forma que terminemos de hacerlo totalmente con alguien más. Y está bien. Porque podemos disfrutar su compañía o arruinar el momento tratando de satisfacer una necesidad nuestra.
No siempre hay explicación para las cosas. O no siempre es satisfactoria. Porque no estamos nunca en los zapatos de los demás. Sólo nos toca decidir si los aceptamos, o no.