El juego de seis grados de separación es fantástico. Lo hace a uno hacer conexiones que no sabía que sabía. Me pasa siempre también con los actores que salen en las pelis y el chiste es acordarme en qué otra película salen. Es fabuloso cómo pueden ser personas tan diferentes que no los reconoce uno de inmediato.
El problema de hacer eso con personas de verdad, es que a veces los encasillo en la situación de donde los conozco y, cuando los miro en otra parte, ya no sé quiénes son. Me disculpo, de forma general y permanente con todos aquellos a quienes les he vuelto a pedir que me digan sus nombres.
La forma en que almacenamos información es así: asociando cosas. El problema es poder esparcir esas conexiones. Así, una neurona se une a las demás y no ayuda la edad. Menos mal el cerebro es plástico y ese es el chiste de hacer ejercicios mentales. Poder saber de dónde uno conoce a la gente.