Hay un dicho irlandés acerca de la dirección del viento y la expulsión del agua, que es demasiado cierto, como cualquier buen dicho. Caminar contra la resistencia cansa, presenta un mayor esfuerzo y debería evitarse. Es como decía mi papá, que todo tiene modo y siempre es suavecito.
Pero hay una diferencia esencial entre ir en contra, o usar la fuerza para algo. Y cualquiera que haya hecho volar un barrilete puede entender la utilidad de la resistencia. En general, el viento como el resto de fenómenos de la vida, no tienen valor. Sólo las consecuencias pueden dañar y allí es cuando comenzamos a acumular emociones sobre hechos neutros.
A todos nos suceden cosas que tienen repercusiones negativas. Eso es seguro. Pero podemos aprovechar cualquier impulso que no den y redireccionarlo a nuestra conveniencia.