Tres vidas

Uno vive tres vidas al mismo tiempo: la que observa en el futuro, la que tiene en el momento y la que recuerda. No hay mejor forma de verlo que cuando uno tiene hijos y se da cuenta que el camino que uno ha recorrido le sirve para alumbrárselos a ellos, aunque no siempre quieran ayuda.

Tenemos la capacidad de tomar decisiones basándonos en cosas que nosotros no vivimos. No siempre la aprovechamos y tampoco siempre es lo mejor, si no, no hubiera innovación jamás. Y, mientras más viejos nos volvemos, menos queremos aventurarnos, porque creemos que no nos quedan cosas nuevas por experimentar. Es totalmente falso porque no hay un solo minuto igual al otro, sólo situaciones que se parecen entre sí, pero que siempre se pueden cambiar.

Me gusta que mis hijos estén viviendo sus vidas, y que yo los pueda observar. Cada año que pasa mi papel es menos relevante y está perfecto.

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