Hoy me adelanté preparando cosas para el jueves. Fueron tres horas que me parecieron rápidas. Si lo hubiera dejado para el jueves, me hubiera sentido agotada.
Hay una magia especial en sacar las cosas con adelanto. Quita espacio de preocupación y libera la capacidad de enfocarse en cosas más inmediatas.
Y es alegre, sobre todo porque lo hice con Fátima. Más tiempo con ella. Todo de esto me gusta.
